jueves, 22 de enero de 2015

ORIENTACIONES SOBRE EL CONTROL DE ESFÍNTERES



¿Que es el control de esfínteres?

El control de esfínteres supone un aprendizaje, ya que un acto reflejo pasa a ser una conducta voluntaria y controlada. Este aprendizaje suele iniciarse alrededor de los dos años. La edad es orientativa, ya que para que este proceso se lleve a cabo de manera satisfactoria es necesario que el niño haya adquirido cierto grado de madurez.

¿Cómo sabemos cuándo el niño está maduro?

Existen algunos indicadores que nos ayudan a conocer si el niño tiene un grado de madurez que le permita llevar a cabo el aprendizaje del control de esfínteres.

Por un lado, es conveniente que antes de iniciar la educación de los esfínteres, el niño tenga algunas nociones de su esquema corporal, que tome conciencia de su cuerpo. Esto le permitirá percibir las sensaciones que ocurren ante y después de orinar/defecar.

A nivel de lenguaje, ha de ser capaz de comunicarse con claridad, utilizando frases cortas. Además de conocer el significado de las palabras pipí y caca.

Además, el niño debe adquirir un grado de autonomía suficiente que le permita realizar las acciones que implica el control de esfínteres (ir solo al cuarto de baño, bajarse y subirse la ropa,...).

¿Cómo se desarrolla el control de esfínteres?

Para saber  si ha llegado el momento de iniciar el proceso hemos de tener en cuenta dos factores. Primero, el niño tiene que haber adquirido un grado de madurez, al que nos hemos referido anteriormente; y, segundo, tiene que ser capaz de retener el pipí durante largos periodos de tiempo (incluso de cambio a cambio de pañal).

Empezaremos habituando al niño al uso del orinal. Los mejores momentos para hacerlo son después de levantarse, después de las comidas y antes de acostarse. Durante este proceso, el niño seguirá usando el pañal. Para reforzar esta conducta podemos elogiarle cada vez que haga pipí en el orinal.

El control diurno. Ha llegado la hora de retirar el pañal durante el día. Pondremos al niño en el orinal cada dos o tres horas (haciendo coincidir los momentos de la habituación) y lo seguiremos haciendo hasta que el niño sea capaz de controlar y pedir cuando quiere ir al baño.

El control nocturno. Una vez conseguido el control del día, retiraremos el pañal nocturno. Es probable que durante los primeros días no aguante seco toda la noche. Para facilitar el control nocturno es muy importante que el niño se acostumbre a ir al váter antes de acostarse y también es aconsejable evitar la ingestión de líquidos entre una o dos horas antes de ir a dormir.

Hay que tener en cuenta que el uso de ropa cómoda favorecerá su autonomía en este aprendizaje; ya que el solo podrá subirse y bajarse la ropa interior cada vez que vaya al baño





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