El
hábito de dormir solo se aprende igual que se aprende el hábito de comer solo.
Como
sabemos, el hábito es algo que se repite siempre de la misma manera hasta que
se llega a realizar automáticamente. En esto consiste el hábito de dormir:
aprenderlo bien ya desde que son bebés, para no tener problemas cuando van
creciendo.
El
aprender a dormir solo no es difícil, pues el niño se va adaptando a las
diferentes situaciones según se las vamos ofreciendo. Por ello, si se duerme
siempre acunándolo, meciéndolo, cantándole, etc., se acostumbrará a ello y
asociará el acto de dormir con todas esas acciones, y cuando se despierte por
la noche, las solicitará de nuevo para conciliar el sueño.
Si
por el contrario, le acostumbramos a que se duerma con un peluche, cogiendo una
esquina de su sábana, o con su juguete favorito… cuando se despierte no
necesitará de nuestra presencia, pues lo que necesita para dormir ya lo tiene a
su lado y volverá a conciliar el sueño él solo.
En
la educación del hábito se dormir solo, hemos de ser muy estrictos con una
serie de reglas:
-
Acostarle
a la misma hora.
-
Dormir
siempre en su cuna y en su habitación, si es posible.
-
Dejarle
que se duerma solo, con su juguete favorito, peluche, mantita…y siempre lo
mismo.
-
La
habitación ha de estar a oscuras, para que diferencie el día con la vigilia y
la noche y el acto de dormir con la oscuridad.
-
Mantener
una actitud relajante y de seguridad en el momento de llevarle a dormir, que
nos perciba seguros y tranquilos; no importa dedicarle unos minutos, preparando
el momento de dejarlo solo, pues luego lo agradeceremos.
-
Decirle
unas palabras cariñosas, asociadas con el acto de dormir, siempre las mismas:
“buenas noches”, “que duermas bien”,…pues, aunque sea pequeño y no nos
entienda, con el tiempo las asociará con el acto de dormir.
-
Dejarlo
solo y marchar tranquilos para que se duerma.
-
Evitar
los ruidos exteriores fuertes, aunque no hay que mantener completo silencio.
Los sonidos suaves no impedirán que el niño se duerma.
-
Y
sobre todo para no acudir al primer llanto: esperar unos momentos, a ver
si calla y concilia el sueño por si
solo, pues hay que diferenciar cuando es un lloro de llamada de atención o, por
el contrario es de dolor o malestar.
Si se acude siempre que
nos llame (pis, agua…), se habituará a ello, y lo hará por costumbre; en cambio, si no
acudimos, estaremos favoreciendo que concilie el sueño solo.
Si
somos rigurosos con estos pasos, estaremos educando al niño para que duerma
solo y bien, pues el dormir bien es un signo de salud y bienestar.
A
partir del año, todos los niños deberían: acostarse sin llorar y con alegría,
conciliar el sueño por sí mismos, dormir de nueve a diez horas de un tirón y
hacerlo en su cuna y sin luz.
Felices sueños!!!